Era yo niño. Ella era
entre llamada y llamada
y en una casa alejada
anciana sola y soltera.
Qué fieles, a su manera,
los recuerdos repentinos.
Si andados tantos caminos
hoy mi voz la rememora
es solo al ver la Pastora
de los frailes capuchinos.
Éter, de Demetrio Fernández Muñoz
Hace 23 horas
La Pastora.Donde ella os llevaba de pequeños a comer pescaito frito.!Cuantos recuerdos!Que personaje tan curioso era esa tia abuela.Y que poco se parecia a la abuela.Como dicen en mi pueblo,que Dios la tenga en su santa gloria.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo tambien asocio a aquella tia abuela, algo peculiar, a la Pastora. Me gusta que se acuerde de ella porque durante años sus interminables llamadas telefonicas formaron parte de nuestras vidas.
ResponderEliminarTambién yo tengo una tía iqual que la tuya y una abuela tuve, las dos buenas y devotas de la Pastora de Cantillana.
ResponderEliminarMujer, Maica... La Pastora de los Capuchinos es la que me recuerda a la tía Pilar, no el bar del pascao frito. Ya sabía yo que esta décima le traería recuerdos, guanche. Un abrazo.
ResponderEliminarCómo me alegra que las tías cercanas y la advocación pastoreña, ya sea de Sevilla o Cantillana, me hayan traído tu comentario, Esperanza.
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