Campanada a campanada
labras tu propio puñal
y con empeño letal
dispones tu puñalada.
Tu agonía desolada
nada mueve ya en la noria.
Guarde quien quiera memoria
si es que le place de ti.
En lo que respecta a mí
no eres nada, solo historia.
De la meditación a la oración
Hace 1 semana