-No pierdas el tiempo, -muerde
muchas veces la conciencia
ignorando que es esencia
que el tiempo siempre se pierde.
El tiempo es la rama verde
que el otoño da al olvido.
Dejadme que, si he nacido,
pierda el tiempo cuanto quiera
y que piense, a mi manera,
que gané lo que he perdido.
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¡Qué alivio!
ResponderEliminarMe ha gustado como siempre la decima de hoy pero con sinceridad le dire que cuando abri el blog casi tenia la certeza de que la de hoy iria dedicada a Maria Auxiliadora a la que,segun me consta, ha estado usted siempre muy cercano por via materna y a la que en algunas importantes ocasiones ha dedicado palabras preciosas enlazando su nombre con algun otro.
ResponderEliminarEl aviador capotado.
ResponderEliminar…que perder es volver al paraíso
del cual un día partimos.
Liberados de los nudos
que nos tenían asidos.
Cuanta fineza amigo: “El tiempo es la rama verde
que el otoño da al olvido.”
Estimado Enrique. He intentado mandarte el anterior comentario por todos los medios. Deberías verificar el "modo comentarios" pues sólo los admite como anónimos.
ResponderEliminarEsto es una simple prueba
ResponderEliminarGracias a todos por perder el tiempo con la lectura de mis décimas. Estoy teniendo problemas en la publicación y respuesta de los comentarios que espero arreglar.
ResponderEliminarGracias, Marcela, por tu breve comentario, en el que adivino un finísimo sentido del humor. Me has pillado con el propósito autoexculpatorio de la décima, porque no estoy demasiado convencido... Siento haberla defraudado, guanche, pero ya dediqué al año pasado una décima a María Auxiliadora y pensé que era repetirme, aunque esto no cambia nada la fuerza de esa devoción famliarmente heredada. Y gracias, Aviador, por los versos, el elogio y el aviso. Tenemos un vuelo pendiente. Y gracias, Nombre, por tu simple prueba y tu siempre cercana generosidad
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