El día que yo me muera
aquí paz y después gloria.
Se habrá acabado mi historia
y arriado mi bandera.
No ejerza de plañidera
quien no sienta mi final.
Para bien o para mal
ya todos nos conocemos
y no quiero crisantemos
de quien guardaba un puñal.
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Que bien expresa usted las ideas. Testamento simple pero que encierra una gran verdad.
ResponderEliminarHola Enrique,
ResponderEliminarComo no nos vemos nunca, te escribo hoy para decirte que te leo muy amenudo y disfruto mucho con tu blog. Me parece increíble que lleves tanto tiempo escribiendo décimas a diario ¿no te coges vacaciones? Es admirable, no sólo la facilidad que tienes para componerlas sino la variedad de temas que tocas. Enhorabuena, de verdad. Un abrazo para ti y, también, para tu padre.
!Que me gusta tu décima de hoy!Aqui paz y después gloria.!Qué bonito!Tú sabes lo que yo les he dicho a mis familiares y amigos?Que cuando ya me entierren se reunan y se tomen una copa de cava a mi salud "eterna".De penas ,nada.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias, estimado Roque, como siempre. Rocío, me alegra mucho tu comentario y te agradezco de verdad tus palabras y tu seguimiento del blogg, como el hecho de que valores la continuidad de este esfuerzo diario. Por el momento no tengo pensado tomarme vacaciones. Traslado ese abrazo a mi padre, si es que él mismo no lo ve por aquí, que le alegrará de verdad, y también te envío yo un fuerte abrazo familiar, cercanas ya esas fechas rocieras que tan intensamente se viven en el Condado y tan honda y bellamente cantaba y celebraba tu inolvidable abuelo poeta. Y muchas gracias, Maica, que sus amigos y quienes la queremos tardemos mucho en tomarnos esa copa de cava.
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