Sobre el oro del albero
una yegua amaga y salta.
Es la yegua de Peralta,
qué jinete y Caballero.
Ángel en vuelo torero
de incesante devenir.
Tras la hondura del sentir
con que a su yegua domeña
se agazapa, late y sueña
el propio Guadalquivir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me ha encantado la décima dedicada a la casa de los abuelos . Yo también la recuerdo con mucho cariño y cómo me gustaba ir allí de pequeña y no tan pequeña. Espero que el viaje, aunque cansado,haya ido bien. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Mara. Espero que haya disfrutado la Feria.
ResponderEliminar