Triste tragedia, amapola
de tu sangre en la cuneta
Qué amarga la bicicleta
y la carrera, qué sola.
Hay vidas a las que asola
un destino sin clemencia.
Que tras tu muerte –esa urgencia
que no entiende la razón-
ruede siempre el pelotón
en homenaje a tu ausencia.
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