Dios te Salve, luz alada
en pedestal de una nube.
¿Mármol? No, gracia que sube
por los celestes nimbada.
Si te llamo Inmaculada
se hace el tiempo claridad.
Dios te Salve, eternidad
que en volandas de un anhelo
por marco tienes el cielo
otoñal de la ciudad.
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Felicitaciones por esa hermosa décima. Sevilla, el día de la Inmaculada, goza de una de las fiestas más especiales de la ciudad. Es un día que sólo un poeta como tú puede retratar.
ResponderEliminarGracias, querido Emilio, por más que me apure algo la excesiva generosidad de tu comentario. Qué durísimo y demoledor, tan real por otra parte, el Viva Europa que hoy entonas en tu blogg, y que acabo de leer. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy oportunos, como siempre, los temas de las décimas de esta semana. Ya sabe que tiene en mí un lector fiel. Me encantó ver a sus hijos. Espero que pronto nos volvamos a ver. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias como siempre, guanche. No sé si ha reparado, y se lo digo como pequeña broma, que siempre que ve a mis hijos voy yo intramuros y no usted extramuros... Un abrazo.
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