Campanada a campanada
labras tu propio puñal
y con empeño letal
dispones tu puñalada.
Tu agonía desolada
nada mueve ya en la noria.
Guarde quien quiera memoria
si es que le place de ti.
En lo que respecta a mí
no eres nada, solo historia.
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Feliz año nuevo, Enrique; a ver si se porta mejor que el anterior. Y me apunto a esa final, jaja.
ResponderEliminarUn abtazo
Gracias, Juan Antonio. Hay que echarle optimismo a lo de la final, desde luego. Un abrazo.
ResponderEliminarYa de regreso de Madrid leo las décimas de la semana que, como siempre, me gustan mucho. Aprovecho de nuevo para felicitarlo por su cumpleaños y para desearle un año tranquilo y feliz. Espero con ilusion la reunion familiar de mañana. Un abrazo.
ResponderEliminarCreo que vamos a olvidar pronto este año al que apenas si le quedan cuatro horas. Pero mucho me temo que si Dios no lo remedia -y creo que no está para estos menesteres mundanos-, el que se nos avecina ya nos ha traído una amplia subida de impuestos..., y lo que queda por cantar.
ResponderEliminarNos vemos, guanche, feliz año igualmente. Cancelita abierta, si fuera posible. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, Emilio, intentaremos afrontarlo con la mejor disposición y ánimo pese a las contrariedades de la situación, que no nos queda otra. Fuerte abrazo y feliz año.
ResponderEliminarMe quedo con lo positivo de este agonizante año y espero que el próximo 2012 sea una año repleto de cimas y pocos subsuelos. Te deseo lo mejor, Enrique, y muchas gracias por tu décima diaria.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, José Luis. Un abrazo y feliz año.
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