Abierta la boca fiera
reclamando el alimento,
umbrío instante, momento
brutal donde los hubiera.
Al hijo ya, ni siquiera,
le asiste pulso en la herida.
Cadáver, sangre vencida
a merced de sus derrotas,
brinda sus vísceras rotas
al padre que le dio vida.
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Aunque últimamente no se me ve demasiado por el blog, sigo muy interesado sus décimas, disfrutando con cada una de ellas. Desgraciadamente mi salud no es muy buena últimamente.
ResponderEliminarVaya, Roque, siento de verdad esos problemas de salud que me traslada y espero de verdad que sean una mala racha transitoria y que remitan pronto. Yo sé bien desde hace tiempo de su afecto por mis décimas haga o no comentarios. Un abrazo y mis mejores ánimos.
ResponderEliminarAl terminar de leer la décima pensé en Angela Merkel y Mariano Rajoy. Perdona por la tontería, Enrique, tendré que dejar de escuchar la radio y leer las noticias. La segunda lectura de la décima la he realizado tras contemplar una imagen del cuadro y me ha parecido sensacional.
ResponderEliminarNo es ninguna tontería, José Luis, todo lo contrario. La Política está llena de oscuros SAturnos y frágiles hijos. Lee en vertical las primeras letras de la décima... Merkel y Rajoy eran apellidos cortos y hube de buscar uno más largo para el acróstico... Abrazo y gracias por tus siempre lúcidos comentarios.
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