Campo extendido, llanura
donde, a compás de su anhelo,
funden la tierra y el cielo
su perfecta compostura.
Soledad desde la altura
inmensa de este balcón
cuando, todo corazón,
silba su sueño a la peña
el pueblo que late y sueña
escondido en su rincón.
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Ya ha pasado otra semana y las décimas continuan su ritmo. Reconozco que nunca me ha gustado mucho Picaso, sin embargo, algunos cuadros de Dalí ejercen sobre mí una gran fascinación.Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, guanche. Veo que sigue puntual a su comentario de fin de semana, cosa que agradezco. Un abrazo.
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