Si te viene, si viniera
cuesta arriba la pendiente
y tu paso, débilmente,
no hallaras quien sostuviera
mantén firme la bandera
aunque luzca acribillada.
Con la enseña derrotada
derrotado no te vean.
Grandes banderas ondean
en tan solo una mirada.
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Dicen que los vencidos serán los ganadores, será por eso de que es una gran virtud saber que uno se puede mostrar débil. Y si nos ven, si los vemos, si se ve la vida derrotada, ahí está la bandera, par alzarla.
ResponderEliminarMe encantó,
saludos.
Pues muchas gracias, L.N.J. por tu amable comentario, que tan bien sintetiza lo que quise expresar con la décima. Un cordial saludo.
ResponderEliminarAprovecho la lectura de la décima de hoy, para recordarle nuestra cita familiar del sabado.
ResponderEliminarLo recuerdo, guanche. Date por felicitada en la víspera por si mañana no pudiera localizarte. Un abrazo.
ResponderEliminarEse "espiritu de vértigo" es lo que siempre han sentido los perdedores, con justeza por otra parte,y se podría reconsiderar toda la historia a partir de esta fórmula.
ResponderEliminarEs magnifica esta décima.-
un abrazo, Eugenio.-
Querido Eugenio, no se me escapa tu delicadeza de amigo de ubicar aquí, en esta décima reciente, el elogio afectuoso y dejar las muy justas y legítimas disensiones en una décima antigua, pero tú puedes dejar tus comentarios donde bien te plazca, hombre, porque me parece extraordinariamente respetable tu criterio, por Dios y no faltaría más. La poesía no es, dices, geometría ronroneante ni sucesión de adjetivos desangrados. Todos estamos, añades, demasiado heridos y demasiado decaídos, demasiado fatigados y somos demasiado bárbaros en nuestra fatiga como para encima apreciar el virtuosismo. No sé a ciencia cierta lo que es la Poesía, Eugenio, ni me atrevo a definirla ni podría decir con taxativa contundencia dónde se halla y dónde no. A veces se me aparece en el verso de un muchacho y otras veces me leo las obras completas de un autor consagrado y no la encuentro. Leo fielmente los poemas de la contemporaneidad publicados en el selecto recuadro del ABC Cultural y mí no entender, I don´t understand, la infinita emoción de textos tales ni puedo llegar con mi pobre y menguada inteligencia a rozar con mis dedos la punta de tales picas en Flandes, por lo que vuelvo a la sencilla y cómoda geometría del triángulo equilátero. Bromas aparte, no entiendo tampoco el por qué de ese presunto y tajante divorcio entre emoción y forma, como si todo aquello que tuviera una estructura o un andamiaje hubiera, por esencia, de estar falto de emoción. Geometría ronroneante, solo que alta geometría de hermosos ronroneos, no como esta, serían pues también, a lo que yo naturalmente no alcanzo, los sonetos de Garcilaso, Quevedo o Lope de Vega, el Romancero gitano de García Lorca o tantas y tantas otras cosas que resultaría excesivo enumerar. En fin, que quizás sea cuestión de perspectiva y de equilibrio y, en último término, de ese destinatario final de toda obra que en el caso de la Poesía es el lector y que tiene con su percepción y su sensibilidad, su inteligencia y su muy legítima libertad e independencia de criterio la última palabra para decidir qué es lo que le conmueve. Nunca he pretendido, por otra parte, querido Eugenio, forzar la muy legítima barbarie de la fatiga humana, Dios me libre, para buscar denodadamente el aprecio a mi propio –y supuesto- virtuosismo, pero como amo profundamente la Poesía me enredé en este, llámalo juego, distracción o ejercicio de autodisciplina, de las décimas diarias. Si escribiera, qué sé yo, ochocientas o mil décimas y en alguna de ellas alumbrara el pálpito de la emoción o un atisbo de esa verdadera Poesía a la que tú te refieres, ya podría yo darme por satisfecho. Ya comentamos en su momentos, excluidas la premeditación y el cálculo, si hay algún verso o décima aprovechable. Mientras tanto, existen otros excepcionales poetas, a alguno de los cuales sé yo que tú aprecias y admiras por su obra, como yo mismo, cuyos versos se acomodan mejor a esta humana fatiga y a este infinito cansancio, aunque también en sus versos haya endecasílabos y rimas asonantes, por lo que algo tienen, también, de geómetras. En fin, querido Eugenio, disculpa las divagaciones y la extensión de la respuesta. En conclusión, yo no sé qué es la Poesía, y me encanta no saberlo. Agradezco la franqueza de tu comentario y te mando un geométrico abrazo (redondo), pero sin ronroneos, eh?
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