Recio, cómodo, campero,
con tacón de artesanía
que brinda a la anatomía
del pie caricia de cuero.
En su género, el primero
y, entre todos, el más fino.
Atendido su destino
sin complejo aquí lo anoto.
No hay voto mejor que el boto
de Valverde del Camino.
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Excelente tu sentido del humor con el juego de palabras para rozar ligeramente el día de hoy. Por fin llegó, espero que no nos acosen dos meses más con dimes y diretes.
ResponderEliminarGracias, Emilio. Dejo constancia de que, además de a Valverde del Camino y a la artesanía tradicional, la décima entraña un homenaje implícito a mi amigo Pepe Cala, a quien hace mucho tiempo que no veo y dediqué una décima en alguna ocasión, que gustaba de sustituir la tradicional regla democrática de “un hombre, un voto” por esta de un “un hombre, dos botos (de Valverde del Camino)”. En unos minutos y pese al escepticismo, haré, con todo, el esfuerzo de ir a votar. Un abrazo.
ResponderEliminarTambién se podría decir: un hombre un botox..(broma tonta, lo sé)
ResponderEliminarO también, Euclides, una mujer dos botox... Otra broma tonta.
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