Afanarse en el soñar
que de los otros depende
es error al que propende
quien no sabe escarmentar.
Preferible es despertar
del engaño de este sueño
pues mejor el hombre dueño
de su lucha y su fracaso
que esclavo siempre su paso
de los otros en su empeño.
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Gran realidad traída al entendimiento en la que tantos hemos caído y mucho me temo que seguiremos cayendo.
ResponderEliminarSaludos
Me alegra que coincida con el pensamiento de esta décima y que siga ahí, Rafa. Un cordial saludo.
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