Playa desierta y vacía,
Guadalquivir aterido
con la noche confundido
soñando en Bajo de Guía.
Madrugada helada y fría
como un negro escalofrío.
Tirita a solas el río
y en su verde indescifrable
empuña, fiero, su sable
hostil y nocturno el frío.
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Esplendidas decimas las que le inspiran el desencanto y el desanomo. Muy buena tambien la de hoy dedicada al frio en Sanlucar.
ResponderEliminarUna noche en Bajo de Guía, en invierno debe de ser maravilloso y si a eso le acompaña un "pescaíto" frito y una copa de manzanilla pues tanto mejor.
ResponderEliminarMil saludos amigo.
Gracias por tu comentario, marítimo, tan cálido pese al frío.
ResponderEliminarGracias por tus últimos comentarios, Euclides. Sí que es espléndida una noche invernal en Bajo de Guía, aunque a la hora que yo anduve por allí los establecimientos cerrados no dieran lugar a acompañarla con manzanilla. Algún otro mediodía será. Un abrazo.
ResponderEliminarGuadalquivir aterido, que tirita, no se por qué me ha recordado la sorprendente continuación que la esclava le puso a los versos comenzados por el rey poeta: La brisa convierte el rio/ en una cota de malla...
ResponderEliminar¡Mejor cota no se halla
como la congele el frio¡
Lo de la famosa "cota de malla" trajo luego alguna cola: alguien habló de los finos trabajos de orfebre que realiza el viento en el rio tejiendo mallas o de cómo la mano del viento ondula el rio manso en mil arrugas. Que todo no habrían de ser borbollones de agua clara, crines coronadas, arqueros finos o galeras y ramos verdes.
Ahora nos llega otra vez el rio en una décima perdida en internet e inspirada en el negro escalofío del invierno.
Agradecido por el lírico comentario. Desde luego que será usted veneciano, pero no, al menos para mí, anónimo veneciano, que conozco bien su prosa.
ResponderEliminarVeo que tiene cierta vinculación sentimental con mi ciudad, lo que no puede extrañar en un sevillano.
ResponderEliminarOtro poeta sevillano, Alejandro Collantes, estuvo también tocado del mismo amor
El aire azul gaditano
mueve contra los pesares
tenues paises de mares
abanicos del verano;
con la sal de tu mar llano
que a flor de playa se queda
y con tus luces de seda
sobre el bastidor del cielo,
bordas un dulce pañuelo,
Sanlucar de Barrameda...
Oí esta dédima hace ya bastantes años en uno de aquellos "Discursos" de exaltación de nuestro rio.
Ha llovido mucho desde entonces y ya sería hora de oir (o leer) otra décima dedicada a mi ciudad.
¡Tiene tantas cosas Sanclucar,además de un rio¡
Con qué desparpajo y soltura mudó usted de veneciano a gaditano y bien podría mudar a morisco, pero le agradezco el comentario, siquiera por la espléndida, alada y salada décima de Collantes que transcribe, y que agradezco mucho por afinidad. Tiene mi palabra de que, antes o después, dedicaré una décima a Sanlúcar de Barrameda. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por su amable comentario, no lo esperaba.Me tienen confundido, sin embargo,las relaciones que me asigna. Sobre todo lo de morisco no alcanzo a comprenderlo nada. Me he devanado los sesos y no se por donde va la cosa. Dandole vueltas he llegado a preguntarme si alude al poema en el que Villalon situaba moros junto a las orillas del gualdalquivir.
ResponderEliminarBraman los toros negros en su feroz orilla
y los potros retozan... un jinete vaquero
pelea con su garrocha y su moruna silla.
¿será un abencerraje o un moro guerrillero
que no quiso entregarse al conquistar Sevilla?
Si voy descaminado, deme, por favor alguna pista
No quiero yo ser culpable de que un gaditano con tanta gracia se devane los sesos con lo de morisco, hombre. No iba desencaminado. Iba por Fernando Villalón, claro. Sus palabras sobre el Guadalquivir me trajeron a la cabeza aquello de
ResponderEliminarIsla del Guadalquivir.
Donde se fueron los moros
que no se quisieron ir.