Negras nubes, nubes plomo
que disponen su grisura.
Oscuridad en la altura
de este cielo al que me asomo.
Cuándo y dónde, por qué, cómo
pierde el hombre la alegría.
Qué navaja fina y fría
sale a veces a su encuentro
cuando se siente, por dentro,
como las nubes del día.
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Que don tan maravilloso el de poder expresar de forma tan clara, concisa, certera y bonita cualquier sentimiento o idea. Me encanta la decima, particularmente el final
ResponderEliminarSimplemente... ¡redonda! ¡muy buena!
ResponderEliminarSaludos RAfa
Gracias a ambos, Roque y Rafa. Creo que son ustedes exageradamente amables.
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