Triste potro, cuerda y cuento,
balones medicinales,
su silbato, sus modales
de indelicado sargento,
aquel necio movimiento
a compás de su silbido,
Test de Cooper, plinto erguido,
su caballo majadero
informo, Stop, Caballero,
que de nada me han servido.
La lúgubre góndola
Hace 1 semana
Más lo leo, más me río. Es buenísimo.
ResponderEliminarGracias, Esperanza. Te puedo asegurar que de las novecientas y pico de décimas que llevo publicadas en este blogg esta es la que más me hizo dudar en cuanto a publicarla o no, porque no me gusta ni de lejos agredir ni ofender a nadie, incluso sin nombres y apellidos, pero no pude evitar esta pequeña "venganza" lírica. Un abrazo.
ResponderEliminar