Triste potro, cuerda y cuento,
balones medicinales,
su silbato, sus modales
de indelicado sargento,
aquel necio movimiento
a compás de su silbido,
Test de Cooper, plinto erguido,
su caballo majadero
informo, Stop, Caballero,
que de nada me han servido.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 19 horas
Más lo leo, más me río. Es buenísimo.
ResponderEliminarGracias, Esperanza. Te puedo asegurar que de las novecientas y pico de décimas que llevo publicadas en este blogg esta es la que más me hizo dudar en cuanto a publicarla o no, porque no me gusta ni de lejos agredir ni ofender a nadie, incluso sin nombres y apellidos, pero no pude evitar esta pequeña "venganza" lírica. Un abrazo.
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