La madre que, apresurada,
lleva a tres hijos a cuestas.
Quien abre el bar, sin protestas,
con cansancio en la mirada.
El que ha dejado aparcada
la camioneta en la esquina.
Aquel que en la marquesina
siempre espera al autobús.
Rostros del día, con sus
empeños y su rutina.
Bueno, bueno, qué gran descubrimiento, gracias a mi hermano Emilio, acabo de hacer. Este blog es una maravilla. Gracias Enrique.
ResponderEliminarGracias a ti, Esperanza. Y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNo sé si eran mis nietos los que pasaban por allí, pero has descrito la escena (de forma genial, como siempre)que vive mi nuera Carmen cada mañana, camino del cole dode da clases, con sus tres retoños, a todo gas...
ResponderEliminarEnrique, un fuerte abrazo.
Antonio García Herrera
Pues si eran tu nuera y nietos, querido Antonio, ya tienen dedicada una décima... Un fuerte abrazo.
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