(Pequeño homenaje a San Juan Bosco)
Niño apenas, sueña un día
una escuela, una refriega
de muchachos, sorda y ciega,
un tumulto, una porfía.
Él no entiende, se diría
que contempla el sueño a ras.
Pero de pronto, sin más,
una voz de lo alto siente:
no con puños, solamente
con palabras vencerás.
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