A mi compañero Rodrigo Viguera, con mi enhorabuena por su Doctorado.
Sesión pública, escenario
previsible de la vida,
recompensa merecida
al esfuerzo de a diario.
Hoy Doctor, ayer Becario.
Sigue, igual, esta cadena.
Caro almuerzo, frugal cena.
Guárdate de quien te aplaude.
Sobresaliente cum laude.
Compañero, enhorabuena.
Dos expresiones para la lentitud exasperante
Hace 18 horas
Mi querido compañero y amigo, cuánto honor ser receptor de unos octosílabos suyos.
ResponderEliminarSepa usted que, con la ayuda de un maestro con el carbocillo, su "sesión pública" será perpetuada en el tiempo junto a mi mesa de trabajo.
Un fuerte abrazo
Vale,
Un abrazo. Ya sabes la alegría que me produce que hayas culminado con éxito esta importante etapa de tu vida universitaria.
ResponderEliminarPARA Rodrigo:
ResponderEliminar¡Como puedes designar
a esta DÉCIMA suprema
con esa expresión blasfema
de "octosílabo" vulgar!.
Nadie podría aprobar
comportamiento tan vil:
¡rebaja un millón a mil!
Y eso que es un Doctor
(además de Profesor)
de Derecho Mercantil
Estimado anónimo, me he reído y divertido mucho con su espléndida décima, y hago, como no podía ser de otra manera, de intermediario de su dedicatoria y de la reflexión que encierra. Un cordial saludo e, igualmente, mi afectuosa enhorabuena si, como yo presumo, se alegra tanto como yo, por razones de amistad o parentesco, de este Doctorado.
ResponderEliminarHe disfrutado mucho leyendo este blog tan erudito durante mi regreso a Sevilla en el AVE. Felicidades a Rodrigo, el amigo y su padre.
ResponderEliminarMe he alegrado mucho de leer, durante mi viaje de regreso a Sevilla, este blog tan erudito. Felicidades a Rodrigo, el amigo y su padre.
ResponderEliminarDoblemente agradecido, anónimo, transmito aquí su felicitación, aun ignorando quién se esconde bajo su anonimato...
ResponderEliminar