Un barquito de papel
a merced de la corriente.
Un mensaje, solamente,
para este, aquella, aquel.
Un extraño empeño fiel.
La humildad de una cadena.
Sólo el castillo de arena
de un niño, para que el mar
algo pueda derribar
con su espuma y su faena.
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Un barquito precioso en el que todos navegamos.
ResponderEliminarGracias por su labor diaria. Es admirable.