Hoy regresa con prestancia
a su altar el Nazareno
en cuyo gesto sereno
está copiada mi infancia.
Ay, Señor, cuánta distancia
me sacude el corazón.
Qué humana contradicción.
Tú ya estás Resucitado
y a mi sueño ya acabado
aún le hiere tu Pasión.
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