Dos años ya, dos veranos
de tu vida en la frontera
y los días de la espera
me resultan aún cercanos.
Me has escrito con tus manos
estos versos que te escribo.
Mírame, que no concibo
ya vivir sin tu alegría
y en cierta forma, hija mía,
porque vives estoy vivo.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 4 horas
QUE FUERZA TIENE LA SANGRE. UN ABRAZO. SALVADOR CASADO
ResponderEliminarAsí es, querido Salvador. Me marcho mañana, pero a ver si podemos vernos y echar un rato en septiembre. Fuerte abrazo.
ResponderEliminar¡Qué sensacional décima, amigo Enrique! ¡Quién pudiera saber escribir así...! Felicidades a ti y a tu hija por esa hermosísima inspiración.
ResponderEliminarHemos estado soplando hoy dos velas, Emilio... Gracias por tu comentario, de tan generoso exceso. Mañana nos marchamos, por lo que aprovecho para despedirme hasta mi regreso. No dejes de llamarme si volvieras a recalar algunos días por Punta Umbría. Un fuerte abrazo.
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