Llamarada y embestida
del horror que se hace llama.
Ira antigua que derrama
su furiosa acometida.
Salvaje fuerza encendida
sin descanso ni sosiego.
Deja muerte y golpe ciego.
Deja lágrimas de espanto.
Deja luto y deja llanto
-asesino antiguo- el fuego.
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