En matorral o ramaje
se busca al reptil, a ver,
con justa fama de ser
bicho experto en camuflaje.
No es con ánimo de ultraje
sino simple indagación.
Se coge al camaleón
y en juego tonto y canalla
se ubica sobre toalla
de color rojo chillón.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 4 horas
¡Qué faena, don Enrique! ¿Será que el verano le trae recuerdos de travesuras infantiles?
ResponderEliminarPor sus entregas diarias lo veo disfrutando del mar. Déle recuerdos al Atlántico de mi parte, que para mí este verano no toca.
Un saludo muy cordial.
Sí que era una faena, Antonio, que hasta había quien le daba a probar al camaleón un cigarrito, y el pobre bicho se hinchaba sin remedio, aunque yo nunca llegué a tal extremo, desde luego, pero lo contemplaba con irritación y disgusto. No ando aún disfrutando del mar desgraciadamente, pero, quizás por las ganas que tengo, se me vienen estos recuerdos veraniegos, algunos algo gamberros, a las décimas. Como siempre, mi más agradecido y cordial saludo.
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