Pesada, lustrosa, oronda
sobre el oro de la arena,
pico largo y panza llena,
pues más que esbelta, redonda.
La ría, parada y fonda
de tus plumas marfilinas.
Plúmbea y pesada, caminas
sobre rocas y escolleras.
Bien parece que comieras
hamburguesas, no sardinas.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 10 horas
No sabe como me he reído leyendo esta décima. Me imagino perfectamente una gabiota regordeta que va de lado a lado porque no puede con la panza.
ResponderEliminarTiene una habilidad enorme para transmitir todo tipo de sensaciones: melancolía, tristeza, dulzura y también tiene la facultad de hacer reir. Un sentido del humor reflejado en su poema, lo cual es maravilloso.
Mil más sincera enhorabuena.
Parece un pequeño cuento de una gaviota regordota, con reuma y dándose banquetes en un burger King.
ResponderEliminarMe encantó y lo pasé bien mientras te leía.
Enrique, un beso.
Euclides y L.N.J., cómo me alegra que mi gaviota gorda os haya arrancado una sonrisa...
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