Dame siempre, inteligencia,
de las cosas nombre exacto,
que sea la palabra tacto
del secreto y de la esencia;
que la ausencia sea la ausencia
y despedida el adiós,
y el lenguaje, flecha en pos
del centro del pensamiento,
palabra, presentimiento
de la inminencia de Dios.
Dos años
Hace 11 horas
¡Ojú, Enrique, que gran presencia de Dios que tanto nos hace falta!
ResponderEliminarQuerido Emilio, fuerte abrazo desde la Calle Ancha de Punta Umbrís, cerca de los pinos.
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