Viejo Café donde un día
cada tarde me sentaba
mientras el sol se ocultaba
de aquel lado de la ría.
Tranquilo Café. Tenía
nobles mesas de madera.
Allí me sentaba, era
rutina de cada tarde
ver al sol, viejo cobarde,
morir aunque no quisiera.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 10 horas
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