Qué grande era aquel tebeo
de mi recuerdo infantil:
el Don Miki, con sus mil
y una historias y ajetreo.
Me parece que aún lo veo
-manejable y pequeñito-.
Todavía son un mito
de mi extraviada inocencia
Daisy, Donald, la opulencia
del avaro Tío Gilito.
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Hoy quedo sorprendido con su variedad tematica. Nunca habria creido posible una decima a estos personajes.Ya veremos con que nos sorprende mañana.
ResponderEliminarHoy me he sentado al ordenador y he pasado un agradable rato,recordando aquellos personajes.
ResponderEliminarComo siempre,gracias por sus poesías.
Preciosa décima, especialmente por la originalidad de la temática. Está visto que usted puede escribir de cualquier cosa y darle siempre su toque esplendoroso.
ResponderEliminarEnhorabuena.
PD: Gracias por el trabajo diario que hace, como usted dice parece sencillo pero de buena tinta sé que tras esas frases (aparentes sencillas palabras) hay MUUUUCHO trabajo. Gracias porque ahora me levanto con la ilusión de leer sus décimas y siempre acabo con una sonrisa.
Mi enhorabuena de nuevo, y egoistamente le pido que no decaiga.
Un saludo!
Guanche, Hércules y Eucildes, muchas gracias a los tres por su aprecio a Daisy, Donald y el Tío Gilito.
ResponderEliminarSigo su blog desde hace algún tiempo y tengo que confesarle que mi primera impresión no fue de entusiasmo. Supuse que pronto se cansaría, que la calidad se resentiría ante la pretendida cantidad y sobre todo pensé que se hacía flaco favor ante muchos poetas circundantes, lanzados, a sí mismos, por la pendiente de la extravagancia con ínfula de monopolio de lo moderno. Qué facil, me dije, les será descalificar a quien viene ahora, a buenas horas mangas verdes, sembrando versos medidos y rimados, de diez en diez. A este no le extenderán ni le reconocerán el cetificado de poeta actual.
ResponderEliminarMe alegra, por ello, que siga adelante, que persista, que tenga seguidores, que la calidad no decaiga y que honre cada mañana a Don Vicente, "porque le da la gana".
Seguro que conoce "La vuelta a la estrofa", del maestro Gerardo Diego; por si no fuese así, le regalo una frase suya: "No. No debemos huir de nada. El arte se ha de hacer buscando, uniendo, integrando. Hacemos décimas, hacemos sonetos, hacemos liras, porque nos da la gana. No podemos contrariar la gana. La gana es sagrada. Y es lógica por la misma razón que los pintores se obstinan en dibujar bien y los músicos en aprender contrapunto y fuga".
Ánimo, pues, y "no digais que agotado su tesoro,/de asuntos falta enmudeció la lira"; ánimo también a quienes ejercen la sagrada libertad de leer sus décimas, porque les da la gana.
Morañas, su comentario me llega alto y claro por su, al menos para mí, brillante sinceridad y congruencia. Bien que conocía y contaba con la muy legítima indiferencia de esos poetas actuales y circundantes que con tanta precisión describe y sabía que mi blog me hacia flaco favor ante ellos, pero a estas alturas de mi vida no ando empeñado precisamente en la expedición en mi favor del certificado de modernidad y poeta actual, sino que ando más por la sencillez, la congruencia, el posibilismo y hasta, si lo prefiere, la aceptación de las limitaciones propias y la imposibilidad objetiva de aplicar mis esfuerzos, por escepticismo y cansancio, a una poesía en la que ya no creo ni me produce emoción alguna. Claro que conozco "La vuelta a la estrofa" de Gerardo Diego, y le agradezco extraordinariamente la justa y expresiva cita, que resume muy bien mi sentir. Porque me da la gana, en efecto, sin que esto sea una guerra contra nadie, porque me da la real gana sin insultar, agredir, avasallar ni ofender a nadie, pero reivindicando el ámbito de mi propia voluntad, tan respetable como cualquier otra. Y quien le dé la gana puede realizar un comentario o no realizarlo, leer mis décimas o no leerlas en su perfecto derecho. Intentaré seguir homenajeando a D. Vicente. Agradezco mucho un mensaje como el suyo.
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