Porque sembraste en mi pecho
la luz de la tierra mía
creo en la tímida alegría
de la luz que está al acecho.
Creo en la brisa, por derecho,
y en el sol que está encendido.
Creo en marzo, que ha venido.
Creo en las cosas –si se piensan-
que sólo porque regresan
son inmunes al olvido.
miércoles, 2 de marzo de 2011
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