Entre las ramas desnudas
el día se despereza
mientras baña con tibieza
el sol las fachadas mudas.
Las palomas, testarudas,
acompasan el arrullo
y en apenas un murmullo
un ligero viento avisa
que va el otoño sin prisa
apurando el tiempo suyo.
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El profundo sosiego de las cosas
Hace 2 días
Ahora,jubilada,me gustan más los domingos.Me gusta tu décima de hoy y también que el otoño vaya sin prisa.Si pudiera,siempre seria otoño para mi.
ResponderEliminarMuy buenas también la del Ángel invisible y la de Córdoba,ciudad que me atrae mucho.
Sigues tan fecundo cgmc siempre.Un abrazo.
Las palomas, enemigas del paisaje con su molesta presencia tan angelical.
ResponderEliminarTu verso, como siempre, sublime.
Muchas gracias, Maica. Qué bien que la jubilación dé tan grata perspectiva de los domingos...
ResponderEliminarMuchas gracias por tu amable elogio, Dama, tanto como por tu justo recuerdo de los riesgos que acechan tras los arrullos de paloma...
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