En la muerte del poeta Miguel Ángel Velasco.
¿Dónde el iris, la retina
de la mirada sin dueño,
la palabra que da al sueño
su bajamar repentina?
Ya en la luz que no declina
y se impone sin zozobra.
Al poeta la voz sobra
y si a ella le divierte
siga bailando la muerte
con su brazo, sierpe y cobra.
La lúgubre góndola
Hace 6 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario