Embudo que a la avenida
tiende trampa y estrechez.
Clara esquina que una vez
fue la puerta de salida.
Si ahora digo despedida
digo ojiva, llanto y reja.
Un trasiego que no ceja
intramuros de los sueños
me recuerda los empeños
de la antigua ciudad vieja.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 2 días
Me gusta su poesia y me parece particularmente bonita la decima de Cordoba. Como a Dama también a mí me preocupan los efectos nocivos de las palomas cuya presencia tan alegremente se esta fomentando en la ciudad.
ResponderEliminarGracias, Guanche. Espléndida Córdoba... Nocivas las palomas. No pensé que fueran a llevarse tantos reproches, justos, sin duda, por la sola invocación de sus arrullos.
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