Anchura, espacio, azulejos.
Un estanque de agua verde
es el sueño, que se pierde,
de la infancia y sus espejos.
Espejismo de reflejos
este sol. Nunca lo borres
del recuerdo. Llegas, corres
en la plaza luminosa
a la sombra poderosa
y gemela de sus torres.
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Hermosísimo canto a nuestra plaza más emblemática y menos cuidada de Sevilla, siempre a manos de los nuevos vándalos y alanos.
ResponderEliminar¿Quién no se ha hecho una fotografía ante algunos de los grandes paneles cerámicos salidos de los alfares de mi barrio trianero? ¡Que levante el dedo!
Y quién, Emilio, no se montó en las barcas o le dio de comer a las palomas en la Plaza de América... Como siempre, gracias y un abrazo.
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