Debo a Dios haber nacido
y debo al mar el azul.
Al cielo le debo el tul
de su horizonte expandido.
Debo a la fuente el sonido
de esta agua en la que bebo
No me rindo. Me sublevo.
La sangre debo a la herida
Debo a mi madre la vida
y al resto nada la debo.
sábado, 9 de julio de 2011
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