Junio en tímido temblor
en la palma de la mano
nos anuncia que el verano
ha de imponer su esplendor.
A galope del calor
-ya jinete a la carrera-
corre, avanza a su manera
y va diciendo en la brisa,
niña y joven su sonrisa,
que no quiere primavera.
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Discúlpame la ausencia si has reparado en ella, aunque sea por mi parte al pensarlo pretencioso; sólo que sepas que te tengo instalado como templo de belleza y que acudo a él periódicamente. Si alguna vez me vi comprometido con los comentarios que por reiterativos pudieran resultar aduladores, como tal vez no podían ser de otra manera, a partir de ahora me los reservo después de las lecturas.
ResponderEliminarAquí se presenta un lector mudo que espera poder seguir disfrutando de tus redondos poemas.
Ánimo y saludos
Nada hay que disculpar, querido amigo, una ausencia en la que, por supuesto, he reparado. Cuando estrené el blogg me propuse como un propósito íntimo agradecer siempre las presencias y no censurar, reprochar ni envenenarme con las ausencias. Mudo o elocuente, comentarista o no, te agradezo mucho tu lectura.
ResponderEliminar¿Ve?Lo que le dije el otro dia,preciosa la de junio.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Tessa. Entran ahora unos meses más propicios para mí, que adoro el verano. Otra cosa será el otoño.
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