martes, 9 de noviembre de 2010

Plaza de San Leandro

El viejo laurel indiano
no ha cambiado y aquí sigue.
Cambió el niño que persigue
su remoto ayer lejano.
En vano vuelves, en vano,
pues todo el tiempo destila.
La mañana está tranquila
y en la plaza -otoño adentro-
vuelve a salir a tu encuentro
un pato sobre una pila.

2 comentarios:

  1. Siempre me ha gustado mucho la plaza de San Leandro y me alegro que en los recorridos que muchos dias hace por la ciudad hoy se haya parado en ella. Cuantos años lleva ya resistiendo el viejo laurel indiano a pesar de alguna enfermedad que al parecer tuvo.

    ResponderEliminar
  2. El pato suele correr más peligro que el robusto laurel indiano, estimado Roque.

    ResponderEliminar