Por la Carrera del Darro
el Darro viene tranquilo.
Hoy parece sólo un hilo
que aliviara su desgarro.
Más humilde que gallardo
atempera su carrera.
Soñoliento, a su manera,
no quiere fiesta ni zambra.
Sólo copiarle a La Alhambra
su reflejo en la ribera
El profundo sosiego de las cosas
Hace 2 días
Granada. Cádiz... ¡He de volver a tantos sitios!
ResponderEliminar¡Qué bonitos versos!
ResponderEliminarActualmente tengo la facilidad de visitar Granada cada vez que lo deseo. Cuando no sea así, al menos, buscaré hacerlo una vez al año.
Envidio mucho ese tener Granada tan a la mano, Enrique. A mí es una ciudad que me fascina y apenas puedo visitarla, casi siempre por motivos familiares, un par de veces al año. Gracias, Dama, por tu comentatio, fue en tu blog donde vi que el de Enrique no había desaparecido como yo creía.
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