Esta niebla sin color
que trenza y forja la bruma
a su modo es luz que suma
otra forma de esplendor.
La calle, en el exterior,
es un monstruo en el averno
mientras, abriendo el cuaderno,
dejo anotada y escrita
la vaharada infinita
y acechante del invierno.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 2 días
Aproveché la oportunidad para pasear entre la niebla.Lo hago igualmente cuando llueve plácidamente.De esta forma pocas son las personas que te cruzas y la conversación fluye -iba acompañado-y saboreaba hasta la quietud del momento y el sonar amortiguado de mis pasos.En tanto que la bruma llenaba de humedad la cara y los cabellos.Y allí,en el exterior,dentro del averno,efectivamente la luz toma otra forma de esplendor creando la apariencia de espacio de bóveda,siloente y quieto.Allí estaban las almas, yo una de ellas disfrutando de todo aquello.
ResponderEliminarPor cierto ,admiro la sutileza de algún comentario que expresa haber vivido la primera juventud:siempre será joven.
Sus paseos entre la niebla difuminan aún más su misteriosa identidad para mí, estimado anónimo, pero me alegro que los disfrute con esa intensidad que relata.
ResponderEliminar