¿De dónde y cómo el sonido
que es premura e impaciencia
y presente siendo ausencia
con la fuerza de un latido?
Corazón que no has nacido
y mañana nacerás,
en la secuencia en que vas
latiendo con hondo empeño
inquieto late en su sueño
mi corazón a compás.
El profundo sosiego de las cosas
Hace 3 días
Enrique, me ha encantado y emocionado esta decima tan preciosa que dedicas a tu hija a punto de nacer. Aunque la espera esta siendo larga y la inquietud es inevitable , ahora si que ya queda poco. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Aurora. Tus generosas palabras sobre la décima demuestran bien que el asunto te es familiar y emocionalmente cercano, pero yo te las agradezco mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarDesde la soledad del investigador, que bien debe conocer usted, amigo Espinelete, le mando los mejores deseos para que vaya todo muy bien.
ResponderEliminarEspero la confirmación de la buena nueva tan pronto como el agasajo familiar y la conveniente celebración se lo permitan.
Vale,
Preciosa y emocionante décima. También laten a compás los corazones de los abuelos. Recuerdo otros latidos semejantes y en particular, ahora, aquellos de finales de diciembre de 1969. Pasa el tiempo, sigue la vida
ResponderEliminarMi querido y estimado anónimo del Vale, conozco en efecto esa ardua y árida soledad a la que se refiere, como también la humana recompensa, ventajas y beneficios de afrontarla con buen ánimo y favorable disposición, dedicación e interés, como me consta que usted está haciendo ahora. Claro que le mantendré informado. Un abrazo.
ResponderEliminarVaya, abuelo, no pensaba que mi décima fuera a provocar hoy tantos latidos a compás, que me alegran y emocionan sin duda.
ResponderEliminarLa décima de hoy tiene el encanto de la vida y el amor.Gracias.
ResponderEliminarLe agradezco mucho eso que me dice, anónimo.
ResponderEliminarEstimado Espinelete.
ResponderEliminarMe alegra conocer que pronto será padre de nuevo ( en alguna décima ha hecho referencia a un niño que le rompió un reloj). Le deseo que todo vaya muy bien y nazca un niño/a sano y precioso, que será recibido, sin duda, con el regalo de una bella décima.
Una niña, Mara. A ver si esta no me rompe el reloj. Le agradezco mucho sus cariñosas palabras.
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