-Gato negro- merodeas
quejumbroso en torno a mí
sin llamarte, porque sí,
sin estímulo ni ideas.
Nada quieres ni deseas
salvo sombras en alud.
Es tu servil negritud
enemiga del empeño
y extermina todo sueño
tu eterna decrepitud.
Entradas
El profundo sosiego de las cosas
Hace 3 días
Terrible la décima de hoy. Hay que luchar constantemente para que esa bestia negra no nos devore.
ResponderEliminarComo no me aclaro si su onomástica fue ayer o mañana, le felicito hoy. Que San Enrique le proteja contar todo mal, especialmente contra el hastío que siempre anda al acecho, especialmente en estos meses de final de curso.
Un afectuoso saludo,
John L. Silver
Qué cierto, estimado John L. Silver, Dios nos libre de las garras de esa bestia negra que, como bien dice, anda siempre al acecho. Le agradezco mucho su felicitación onomástica. Cordialmente.
ResponderEliminarNo sé si es impresión mía, pero percibo en esta décima más sinceridad que en otras muchas, como si usted conociera bien a la bestia negra y ésta se dejara acariciar por usted mansamente.
ResponderEliminarUn saludo
Sin duda que es lúcido su comentario, Tibaldo. La sucesión diaria de décimas hace que se publiquen composiciones de distinta naturaleza, y aunque ninguna en honor a la verdad refleje un sentimiento ficticio o impostado sí que es verdad que algunas pueden exteriorizar un sentimiento que uno conoce bien y eso alcance a transmitirse. No me es indiferente, imagino que como a cualquier ser humano en determinados momentos, el hastío, no, aunque tampoco en otro casos me resulten ajenas la ilusión o la esperanza. Hay que luchar contrá él, en cualquier caso. Un cordial saludo.
ResponderEliminarEn estos dias del mes de julio - cuando ya quedan tan pocas ganas de trabajar y cualquier tarea se hace un mundo - que identificada me siento con su decima de hoy. Creo que, de las ultimas escritas, es la mejor y le felicito por ella. Como dice John L. Silver habra que luchar contra la bestia negra para que no nos devore
ResponderEliminarNo ha pasado desapercibida a estos bloggeros sevillistas la pasada alusión al Puma Morete, que agradecemos vivamente. Ocurre, sin embargo, que las circunstancias del verano tienen dispersos a estos blancos bloggeros: los unos en Sudáfrica, los otros celebrando la Copa (cuya jugada decisiva fue iniciada por el gran Navas) y los más, matriculados en la Ludwigt Maximilian Universität de München donde siguen el curso que sobre el subjuntivo imparte el Prof. Van Gaal.
ResponderEliminarAun así, gracias por la mención al Puma, atentos saludos y buemn verano a todos
Gracias, guanche. Ya veo que también usted lucha contra el hastío en ocasiones. Y estimados blogueros, les eschaba de memos pero les hacía en Costa Ballena o Los Palacios agasajando al gran Navas. De sobra intuía yo que recordaban al Puma Morete. Por supuesto que no pasé por alto que arrancara la jugada, que hasta le escribí una décima, pero no quise publicarla para que no le entraran gusarapis porque ya le había dedicado una y pensé que, pese a su humildad, se inflaría en exceso.. Como en Costa Ballena andará desconectado se las copio para que quede debida constancia:
ResponderEliminarDel bosque umbroso y fatal
que es del fracaso anticipo
sacó Navas al equipo
con carrera vertical.
De esta gozosa final
tal recuerdo no se borre.
Navas sale, amaga, corre
y anticipa el jaque mate
sin aspaviento o dislate
de movimiento de torre.
Un abrazo.
Qué merecida décima a Navas y qué dispersos sus seguidores blogueros, que, como diría Fabrizio, están around the world.
ResponderEliminarYa que hoy es el día puente entre los dos San Enriques, al igual que ha hecho el Sr. Silver, le envío mi felicitación y le agradezo mucho su respuesta a mi comentario del otro día.
Me despido deseando que el hastío, al que tan bien se refiere en su décima de hoy, y contra el que muchos luchamos, no nos devore
Muchas gracias por su felicitación y comentario, estimada sirena.
ResponderEliminarEstupenda décima, el poeta, ya en carne viva (acaso la canícula o la mudanza a un tiempo nuevo)se adentra en la espesura de lo fieramente humano. Siga arañándonos desde esa o cualquier otra bestia negra, que tampoco a nosotros lo humano nos es ajeno.
ResponderEliminarLe agradezco mucho su comentario, Edgar. Gracias por su lectura y la generosidad de sus palabras.
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