Dios dormido, Betis
viejo,
yo quiero que tu
agua oscura
copie lienzos de
blancura
en la finta de tu
espejo.
Ay, claridad, luz,
reflejo
en tu sueño sin desvío.
Memoria del tiempo mío
que en esta orilla
se pierde
Verde y blanca,
blanca y verde
mi vieja estampa del
río.
Acertada décima, Enrique. El nuevo movimiento o plataforma contra el mural cerámico de la zapata del río está ocupando parte de la actualidad municipal de Sevilla. Pronto sabremos el lienzo que copiará el río.
ResponderEliminarUn abrazo desde la orilla derecha.
Gracias, José Luis, por tu comentario. Ayer leí yo precisamente tus reflexiones a propósito de esto en “Triana en la Red”, a la que accedo desde el enlace de nuestro común amigo Emilio Jiménez. Naturalmente que, sin exagerar ni considerar Patrimonio Histórico o Artístico lo que incuestionablemente no lo es, sí creo que existen enclaves, visiones que constituyen señas de identidad, perspectivas profundamente enraizadas que entiendo que deberían ser preservadas. Es lo que me sucede a mí con ese muro blanco colindante con la calle Betis, tan asociado en mi rutina y en mi recuerdo a la contemplación de Triana, desde mi orilla, claro. No creo, a título enteramente particular, que cambiar su fisonomía aporte nada a Triana ni resulte necesario, la verdad, además del gasto y el desembolso que supone en la situación actual. En cualquier caso, no hay problemas ni distancias entre orillas si existen sólidos puentes. Como intuyo que su suerte está ya irremediablemente echada he querido despedirme con una décima. Un abrazo
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