Incendio, brillo,
paleta
de azul y de blanca
espuma.
Amaneceres sin
bruma,
cubo, pala,
bicicleta.
Alto vuelo de
cometa,
escarabajo en la
mano.
Noche inmensa, mar
cercano.
Luz de faro como un
guiño.
Para los sueños del
niño
nada mejor que el
verano.
Tu décima me transportó a una playa atlántica; junto a mis padres construía un pequeño castillo de arena. Ha pasado mucho tiempo pero es lo que tiene la magia de la poesía.
ResponderEliminarComienza hoy un periodo inolvidable para los niños a los que deseo unas felices vacaciones.
Qué alegría, José Luis, que mis décimas lleven a algunos a esas orillas de la infancia que tanto recordamos. Un fuerte y agradecido abrazo.
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