Daga quieta, puñal fino,
verde intenso, punta en lanza
quién sabe si en la añoranza
de otra luz y otro destino.
Tronco esbelto y astifino,
casi cabe entre las manos.
Sumido en sueños lejanos
que esperaras pareciera
la mirada compañera
de los indios araucanos.
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