Era yo un adolescente
mas recuerdo la inquietud,
la radio y aquel alud
de noticias de repente.
Por el rostro de la gente
vi que no era asunto ñoño.
Yo, en Política bisoño,
supe muy grave la historia
por la voz conminatoria:
todo el mundo al suelo, coño.
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Buen sentido del humor, Enrique, aunque yo no lo tuve ese día. Recuerdo que llegué a casa a la hora habitual después de mi jornada intensiva, almorcé sobre las 4'30 y me eché a la siesta. Cuando estaba en lo mejor del sueño, mi mujer me llamó desesperada: -¡Un golpe de estado, un golpe de estado! Yo creía que había sido en algún lugar del extranjero. Pero me puse la radio y vi que era aquí. Me levanté, y me fui al trabajo al día siguiente sin haber pegado un ojo. Me dio miedo porque yo tenía una hija de 11 años, un hijo de 10 y otro de 3. La verdad es que me acojoné. Jamás un ¡coño! más maldito que el que pronunció Tejero.
ResponderEliminarQuerido Emilio, naturalmente que yo no pretendía frivolizar un asunto bien serio con la décima, sino simplemente rememorar, con buen humnr, la perspectiva del recuerdo vago de un adolescente. En realidad, tras la broma, se esconde un homenaje a la respetuosa libertad, a que ningún salvapatrias, de ningún lado, nos agreda y nos avasalle, a que nadie saque una pistola ni un insulto, sea en el Gobierno de la Nación o en la comunidad de vecinos, para defender una idea, por legítima que pueda resultar. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarJe, je. Qué bueno, Enrique
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Julio.
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