Único superviviente
de aquellas salas de Cine.
Niño y muchacho, aquí vine
con júbilo adolescente.
El entorno, diferente,
mudó a peor. Poco queda
y lamento que no pueda
mi nostalgia que regresa
sentarse sola en la mesa
del viejo Café Alameda.
La infiltrada
Hace 20 minutos
Si pudieras saber cuántas noches he disfrutado en el Café Alameda, con aquella agua achampanada de Sevilla, y con tan buenísima gente alrededor...
ResponderEliminarSevilla nostalgiada en tu décima y que, ojalá volviera.
Tambíen yo guardo inolvidables recuerdos de aquel CAfé, Emilio... Me alegra tu comentario. Un abrazo.
ResponderEliminar