Riña infantil, arañazo
por los lapices o el tren
y, al segundo, los dos bien
entregados a un abrazo.
De ese vínculo un pedazo
cómo hubiera yo querido.
Llora uno y, de seguido,
a compás el otro llora.
Ríe uno y, voladora,
va otra risa de corrido.
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El recuerdo de los años de Infancia hace que seamos mejores personas.
ResponderEliminarAsí debería ser en verdad, anónimo.
ResponderEliminarNo estés tan seguro, amigo anónimo. Salvo que con los recuerdos, montemos poco a poco el puzzle de la infancia. Luego, solemos morir. Empero, como Espinelete lo pinta tan bien, pues… amigo anónimo, creo en tu reflexión
ResponderEliminarHay que intentar montar ese puzzle, querido aviador, Me alegra que mi décima le permita juntar algunas piezas con el anónimo. Un abrazo.
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