Siempre en diciembre a tu cita
con tu silencio afilado.
Insomne, terco aliado
de la carne que tirita.
La alborada resucita
tu sonrisa, puro hielo,
y con ese vago anhelo
de la escarcha en los cristales
vas clavando tus puñales
bajo los grises del cielo.
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Vuelvo de la calle con mucho frío y ya resguardado leo su decima tan oportuna.
ResponderEliminarTodo lo cotidiano convertido en buena poesia.
Mucho frío, sí, Roque, pero en Soria, Ávila o León debe hacer más. Y tamnbién en los aeropuertos. Gracias, como siempre.
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