miércoles, 16 de junio de 2010

Alberto Ribelot

Culto y bibliófilo amigo
-mi querido amigo Alberto-.
Sé que hace tiempo que has muerto
pero quise hablar contigo.
Abrí de pronto el postigo
del tiempo pese a tu muerte
y te encontré firme, fuerte
en el guiño y la ironía.
Pareció que te veía.
Digo mejor. Volví a verte.

9 comentarios:

  1. Preciosa decima al amigo muerto, me ha emocionado.

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  2. Que orgulloso estaria Alberto Ribelot de tener un amigo tan fiel. La decima, particularmente sus dos ultimos versos ,me han encantado.

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  3. Me ha emocionado de verdad el recuerdo que le dedica a aquel sevillano ejemplar que, como algunos otros elegidos, nos dejó demasiado pronto al truncar la muerte su profundo amor y su dedicación a la ciudad.
    Tuve ocasión de tratar a Don Alberto Ribelot con cierta asiduidad, puesto que colaboramos ambos en diversos proyectos culturales comunes. Siempre mantuvo un talante abierto y una gran generosidad; con independencia de hacer brillar, sin pretenderlo, su extraordinaria cultura y el hecho de poseer una envidiable biblioteca "sevillana".
    Gracias por recordarlo con tanto cariño y por haberlo traido de nuevo ante nosotros

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  4. Conoci, aunque de forma lejana, a Alberto Ribelot y me ha conmovido la decima que hoy dedica a su recuerdo.

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  5. Gracias, Roque y Duna, por sumaros tan generosamente a este recuerdo sencillo de una persona para mí inolvidable y a usted, anónimo, por la exactitud y la precisión con las que dibuja algunos de los rssgos más destacados de su perfil humano.

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  6. !Qué elegía tan bonita!Me encantaria saber escribir y decir esas cosas tan bellas acerca de un amigo.Cada dia me sorprende Vd.más.Tessa.

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  7. Como a Roque y Duna, gracias también a Guanche y Tessa por sumarse a este recuerdo con la amabilidad de sus comentarios.

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  8. Yo siempre lo busco en google y siempre lo encuentro, Alberto será eterno.

    Gracias por verlo y contárnoslo.

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  9. Por Dios Santo, cuánto me acuerdo de él, y más en estas fechas. Cuánto me acuerdo de un lluvioso Jueves Santo con el Cristo de la Fundación entrando en la Anunciación, que ne agarró del brazo: tú eres mi Cirineo y yo tú Cirineo. Su Tesis, su insobornable sentido de la verdad, sus cosas, su consecuencia, su sinceridad, su recta hombría de bien... Y se me murió, y yo por mis miedos y mi puñetera timidez reverencial, ni siquiera pude darle un abrazo de despedida. Gracias por tu comentario y tu recuerdo. Nos está viendo, seguro, Alberto, nuestro amigo Alberto, eterno en nuestro recuerdo.

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