Sobre el silencio abolido
de la garganta que calla
el mundo es de quien batalla
y lanza un grito encendido.
No importa que no haya oído
sordo el mundo, necio y hueco,
que aunque en ningún recoveco
oiga nadie el grito tuyo
no por eso, con orgullo,
deja el eco de ser eco.
La lúgubre góndola
Hace 1 semana
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