En la tarde que se viste
con los reflejos del agua
el horizonte es la fragua
donde la luz, terca, insiste.
Abril, Caballero triste,
se resiste así a marchar
y en su manso galopar,
jinete ya en la frontera,
deja su huella postrera
hendida sobre la mar.
La lúgubre góndola
Hace 3 días